El Fuelle #6 (JJ AA)

Y no es para menos. En los últimos meses hemos sido testigos de un nuevo envite por parte de los Estados y el capitalismo contra las clases más desfavorecidas de la pirámide social.Parece ser que en tiempos de crisis, debemos “apretarnos un poco el cinturón”, ya que es la única salida que la clase política y empresarial ven a la recesión económica. De esta manera, se están dedicando a implementar reformas que nos afectan directamente y de una forma muy dura. Reducción de salarios, abaratamiento de despidos, modelos de contratación esclavistas, recortes en gasto público, etc, son la tónica general de la “salida de la crisis” que desde gobiernos y patronal se nos plantea, con la complicidad manifiesta de los mal llamados sindicatos (con la honrosa excepción de los adheridos a la AIT).

Y hay quien lo ve lógico. Está claro. Si los bancos y las grandes empresas, debido a su gestión enfocada, como no podría ser de otra manera, a la obtención del máximo beneficio en el menor tiempo posible, nos meten de cabeza en una crisis económica sin precedentes; si los gobiernos de turno se dedican a auspiciar este gran desfalco, no sólo apoyándolo directamente,sino criminalizando a todo aquél que en su día se atrevió a abrir la boca; si la oposición a este gran atraco llamado capitalismo se limitaba a pedir reformas con boca pequeña, afianzando así al propio sistema criminal; es lógico, con todos estos precedentes, que los que tengamos que apretarnos el cinturón ahora para salir de la situación que otros crearon, seamos los trabajadores y la gente de a pie. ¿No?

Pues no. Ni es lógico, ni mucho menos es justo. Lo que sí vemos lógico algunos es que tras décadas de robo a mano armada contra la población (literalmente), haya quien se dedique a destruir lo que realmente sí causa las crisis, esto es, bancos, empresas, sedes de partidos políticos… Lo que es lógico es que en alguna ciudad del llamado primer mundo cientos de miles de voces anunciaran su deseo de prender fuego a algún que otro parlamento “democrático”. También entendemos como lógica la escalada de la conflictividad social en algunos países, la convocatoria de huelgas generales, las revueltas y la autoorganización de la vida de las personas de una forma anticapitalista y anti-institucional. Y además de ser lógicas, todas estas cosas son justas.

Cada vez es más evidente que la única reforma justa de los regímenes autoritarios, sean del corte que sean, es su completa eliminación. Por ello, hoy igual que ayer, los anarquistas animamos a la revuelta, a la confrontación con el sistema y todos sus defensores, a la agitación de huelgas y a la organización en el plano horizontal para combatir unidos por una revolución social que cada día que pasa se vuelve menos imposible y más necesaria.

Salud.

[Extraído del Editorial de El Fuelle#6.- Federación Ibérica de Juventudes Anarquistas]

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